Los suelos hidráulicos tienen un gran valor debido al colorido, diversidad, durabilidad y método de fabricación de los mismos. Son suelos que combinan con una gran cantidad de materiales y cada vez son más usados por diseñadores y arquitectos. Es por eso, por lo que las baldosas hidráulicas se han transformando en un producto de lujo.
Si tenemos la suerte de disfrutar de un suelo hidráulico en nuestra casa, puede ser que ya estuviera colocado en la misma desde hace muchísimos años, los podemos comprar nuevos o también recuperados de otros edificios antiguos.
Los suelos hidráulicos antiguos son más duros y tienen un índice de porosidad mucho más bajo que los de fabricación nueva. Ahora bien, para realizar un correcto tratamiento de las baldosas hidráulicas, necesitan de un buen trabajo de limpieza. Las baldosas hidráulicas acumulan en su superficie tanto suciedad como residuos de productos que se han usado durante años para la limpieza diaria del suelo hidráulico.
Para devolverle a estos suelos su belleza inicial es necesario realizar un decapado del suelo hidráulico y luego comenzar con tratamientos antimanchas, los cuales nos garantizan la protección del mismo ante manchas orgánicas. Una vez acabada la fase de protección, aplicaremos una serie de ceras ecológicas para conseguir la sedosidad típica de las baldosas hidráulicas.