Los suelos hidráulicos son de una extraordinaria belleza. Cuando se colocan en alguna estancia se convierten en su principal elemento decorativo. En este caso hemos guiado el proceso desde el primer momento de la obra, obteniendo así un gran resultado, tanto en la colocación como en el posterior tratamiento de la baldosa hidráulica.
Este suelo, fabricado por Demosaica, está colocado en una cocina de un piso del centro de Sevilla. Antes de rejuntar el suelo se le aplicó el hidrófugo de base disolvente Hidrorep, esto nos permitió retirar toda la suciedad del suelo hidráulico con más facilidad.
Después de realizar la limpieza, aplicamos el oleo-repelente antimanchas Filafob, que es un producto de la marca Fila y uno de los mejores protectores del mercado.
El acabado se lo dimos aplicando y compactando dos manos de la cera natural Filaclassic, de esta manera obtuvimos un resultado perfecto.